martes, 26 de febrero de 2008

ENLACES desde Chiapas

"Es más fácil ser genial que tener sentido común."
(Jacinto Benavente)

Daniel Flores Meneses
danfm@hotmail.com


De sentido común..

A veces uno se pone a pensar los criterios que utilizan los líderes políticos para determinar algunas acciones y la conclusión, pues no es nada difícil simple y sencillamente se trata de la concreción de intereses. Pero hay una cosa que llama la atención, y es que primero lanzan el anzuelo para medir las reacciones, y fue precisamente lo que pasó con el caso de la Reforma Judicial y ahí es donde uno no está de acuerdo, es decir que nos sigan viendo a los mexicanos que no estamos en el Congreso ni en el gobierno, como unos verdaderos inútiles.

Esta ley, y perdón por tratar este tema que mejor le caería a un abogado especialistas, pero lo hago en su figura mediática, en torno a esto de tirar el anzuelo para saber que pesco. En este sentido, la reforma, puso en el tapete de las discusiones una medida que establecía la facultad de la policía de poder "ingresar sin orden judicial a un domicilio cuando exista una amenaza actual o inminente a la vida o a la integridad corporal de las personas", debiendo informar posteriormente al juez.

Este fue el anzuelo para ver si los mexicanos a través de los especialistas y de los partidos la captaban debidamente porque a decir de todos, se trataba de medida grotesca y contraria a toda la lógica de los derechos fundamentales.

"En efecto, al tratarse de una facultad discrecional de la policía, anula el principio de que todos los actos de autoridad que restringen las libertades y derechos fundamentales deben estar autorizados previamente —y no después— por una autoridad judicial. Este principio es, vale la pena recordarlo, ni más ni menos, uno de los derechos fundamentales más elementales en un Estado constitucional".

Este es parte de un análisis que le escuche a un profesor e investigador de la UNAM, Lorenzo Córdova Vianello, y que resumen pues la gran contrariedad y la "tomada de pelo" que el gobierno quería hacernos a los mexicanos, al tratar de "colarlo" cosa que no les resultó, y digo que no resultó porque este punto de acuerdo fue retirado en el pleno de este martes. Y lo que hicieron los partidos, fue ni duda cabe por la presión que ejercieron organismos políticos y civiles en contra de esta medida.


LA FALTA DE SENTIDO COMUN


Y la otra que es la falta de sentido común se dio también en la Cámara de Diputados, cuando algunos diputados federales de la Comisión de Prácticas Parlamentarias, no permitieron que el nombre de Octavio Paz el Premio Nobel de Literatura fuera inscrito en los muros de la Cámara. Para estos tipos Octavio Paz no merecía las letras de oro en sus muros. Uno de los poetas más grandes de Hispanoamérica.

Lo que me ha llamado la atención es que sea un miembro destacado del PAN, como es su dirigente nacional Germán Martínez Cázares quien criticara a dicha comisión, diciendo, parodiándolos dijo:

"No es necesario que los diputados supieran de la renuncia de Paz a la embajada mexicana de India por el asesinato de estudiantes en 1968. Tampoco se requería hurgar en sus revistas Plural y Vuelta su defensa numantina de los derechos humanos y de la democracia en los países comunistas. Ni siquiera se requería leer Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe ni Posdata. No era obligatorio que los panistas leyeran la entrevista que le hiciera Carlos Castillo Peraza sobre religión y Dios.

Bastaría valorar el fascinante poema Piedra de Sol, construido sin principio y sin fin en 584 versos como el tiempo exacto del calendario azteca, para colocar a Octavio Paz en ese lugar. Sólo esa genialidad de las letras mexicanas —que este año festeja su 50 aniversario— debería ser razón para subir a las paredes de San Lázaro el nombre de nuestro premio Nobel de Literatura ¿Acaso tienen más merecimiento algunos nombres, encaramados allí sólo por la sangre que hicieron derramar a otros mexicanos?

El episodio no es anecdótico, es de esencia en el acuerdo de nuestra representación nacional. La cultura debe ser reconocida y estimulada en todo momento. Debe ser punto de encuentro de las instituciones de la República, porque es herramienta de civilización que ennoblece nuestra convivencia".

Ahora los señores Diputados ante otra muestra de desagrado por su decisión, tienen otra oportunidad, están a tiempo de corregir y desandar el camino para enaltecer al autor de El laberinto de la soledad. Pero los senadores de la República también tienen en sus manos otra oportunidad de impulsar a la cultura en nuestro país.