miércoles, 31 de octubre de 2007

América tuvo un incorrecto proceso evangelizador

Secretario general del Consejo Episcopal
A



Algo que se debatió en el Consejo Episcopal Latinoamericano, realizado en Aparecida, Brasil, fue el proceso evangélico en América Latina que hoy vive serias repercusiones. “Se evangelizó a mucha gente pero no se convirtió a nadie”, se concluyó en aquel encuentro.
Si la situación actual de violencia que se vive en América Latina es imperante, mucho de ello se debe al erróneo proceso de evangelización que ocurrió en este continente, expuso el pastor Israel Batista, secretario general del Consejo Latinoamericano de Iglesia.
En su conferencia Introducción a las tradiciones: Cristiano Protestante, Israel Batista señaló que el respeto entre los diferentes pensamientos religiosos debe ser el principal argumento cuando se trate de defender los ideales personales.
“Hay que hacer un análisis sobre lo que fue nuestra evangelización, porque lo hicimos imponiendo su violencia”, señaló el pastor ecuatoriano.
Ante un escaso auditorio en la sala EUA de Cintermex, Batista puso como ejemplo la novela La Virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo.
“Es increíble ver que en esa novela se retrata las actividades de un grupo de jóvenes sicarios que van y le piden a la Virgen que los ayude a matar personas”, sentenció.
América Latina vive en panorama de contrastes: Un continente con una mayoría de cristianos pero que registra un alto grado de violencia; tiene en su territorio a algunas de las naciones más poderosas. Los orígenes de esta “ironía social” preceden, en su opinión, en un proceso erróneo de evangelización.
Al momento del debate de preguntas y respuestas entre los pocos asistentes se registró este fenómeno al que el pastor Israel Batista hacía mención.
“Me siento incómoda porque mi suegra intenta introducirme a su religión pero yo estoy segura de mi credo”, expuso una señora que se presentó como católica. “Yo rezo y mi familia también porque la novia de mi hijo se encamine en el verdadero sentido de la fe cristiana”, expuso otra señora quien se confesó evangélica.
“Tener respeto no significa escuchar al otro pero sentirnos dueños de la verdad, el respeto significa escuchar la palabra del otro porque él tiene un fragmento de la verdad que a nosotros nos hace falta”, explicó el pastor después de la participación de los asistentes.

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