martes, 9 de octubre de 2007

ENLACES 415

Las tentaciones, a diferencia de las oportunidades, siempre llaman dos veces.O.A. BATTISTA


Daniel Flores Meneses
danfm@hotmail.com


De que somos lo somos, hablo de la corrupción en nuestro querido país, en donde miles de mexicanos le damos la vuelta a todo con tal de no pagar impuestos. Esto viene a colasión porque el Servición de Administración Tributaria o sea el SAT, acaba de descrubrir algo que todos sabemos desde hace muchos años, que hay un mercado de facturas apòcrifas.
Los mexicanos y en algunos otros países latinoamericanos hacemos todo con tal de no pagar impuestos. Prestamos facturas a nuestros cuates que no se han dado de alta ante el SAT, que no lo harán pero que necesitan cobrar y sabemos que es un dinero que necesitan. Tratamos de hacernos de los viáticos buscando facturas “de lo que sea” para llevarnos ese dinero a nuestras bolsas.
Ante esto la lógica en un país en donde el pirataje es también una de sus modalidades entonces lógico de que aparezca una industria que se haga cargo de ese mercado informal y fuera de toda legalidad. Si hay empresas que se encargan de hacer facturas apócrifas para venderlas o otras empresas que tratan de hacer más ricas. Por lo menos hay al descubierto ya 200 de estos proveedores y que le dan servicio a cuatro mil 560 empresas.
Esto es que de enero a agosto de este año, el SAT detecto una defraudación potencial por siete mil 400 mllones de peos en facturas apócrifas. Esto es solo una muestra de la gran corrupción que existe en el país. Porque aunque usted no lo crea, las propias autoridades hacendarias han dejado pasar estos asuntos en la oscuridad para evitar una mala imagen.
El proceso de corrupción se fue ahondando de tal manera que México aparece ya también en las estadísticas de la corrupción, como uno de gran prosapia. Ahora lo descubierto por el SAT, debe continuar a fondo, pero se debe consignara ya a los responsables que por ganar un dinero se llevan entre las patas, a los demás mexicanos.
Gastos del Presidente en Medios

En todas partes se cuecen habas, y el gobierno no se queda atrás, sobre todo cuando de hacerse famoso se trata. Por eso llama la atención lo dado a conocer por la Secretaría de Gobernación. Según datos de esta dependencia, a través de la ley de transparencia, durante los primeros seis meses de la presente administración, el Poder Ejecutivo ha destinado 470 millones de pesos para anunciarse en medios y el saldo hasta ahora favorece por mucho a Televisión Azteca, con 67 millones 155 mil 190 pesos (14% del gasto total), más de 43 millones por encima de Radiorama, que ocupa el segundo lugar de las preferencias con 23 millones 264 mil 250 pesos. Televisa, otrora el medio privilegiado para anunciarse, en este último semestre llama la atención que no haya recibido publicidad por concepto de televisión abierta y sólo ha captado casi dos mdp en su división editorial y poco menos de 250 mil pesos en radio.
Por eso se quejan de que ya no les llegará el dinero de las elecciones. Ahí está el detalle como decía el buenazo de Cantinflas.

Auge patrimonial de las iglesias.
En los últimos seis años el patrimonio de las iglesias que operan en México se ha duplicado, al pasar de 733 a mil 469 bienes inmuebles de nuevo registro ante la Secretaría de Gobernación (SG).
En el acumulado histórico existen poco más de 17 mil inmuebles administrados por los ministros de culto de alguna de las seis mil 810 asociaciones religiosas que hay en el país.
El sector de las iglesias sigue ganando terreno no sólo en el ámbito económico, sino en la autorización gubernamental para transmitir (en radio y televisión) sus mensajes de contenido religioso.







aguinaldo

Es un regalo que se da en Navidad o, en algunos lugares, un villancico navideño o, aún, la remuneración adicional que los trabajadores suelen cobrar a fin de año, y que se origina en los regalos que desde muy antiguo se intercambian en esa época del año, cuando se reafirman las amistades y se afianzan los lazos familiares. Es una forma de expresar y compartir con los seres queridos la renovación de las esperanzas para el nuevo año.
Esta voz se registra en español desde el año 1400, como una deformación de la antigua aguinando o aguilando, esta última usada aún hoy en Andalucía, y deriva de la expresión latina hoc in anno (en este año), que se empleaba como estribillo en canciones populares de fin de año.
A pesar de que su uso como remuneración del trabajo es muy común en América, el Diccionario de la Real Academia no registra esa acepción.

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