martes, 9 de octubre de 2007

Humildad y olvido de sí mismo es la base


Maestro budista explica las bases de su credo




Hsin Tao Shih, dijo que todos somos uno.
Ataviado de rojo, envuelto en una túnica amplia y tocado con bonete, el venerable Hsin Tao Shih, auxiliado de una curiosa traductora alemana que habla en un inglés bastante “germánico” y vierte sus palabras del mandarín al español, y otra mujer oriental, en una túnica beige, que traduce del castellano al chino, inicia su intervención. La sala está repleta; hay hasta gente de pie. El maestro vino al mundo en 1948 en Birmania durante la guerra, en el seno de una familia sumamente pobre, en una época donde hacía falta gente que sembrara la paz. Para hacerlo Hsin Tao Shih eligió el camino de Buda, que consiste en alcanzar el nirvana o estado de la perfecta felicidad. El budismo, en sus etapas más trempranas, pretendió echar abajo las barreras que aprisionan a los hombres. La vida es fundamentalmente sufrimiento. Todas las cosas en el universo están relacionadas entre sí, dependen unas de otras, se encuentran interconectadas. La fuerza que las mantiene unidas, y que también puede despertarlas, recibe el nombre de karma.
La contemplación del origen codependiente del universo conduce a la aceptación de que las cosas se encuentran interconectadas. Aceptar que todos somos uno lleva al amor del prójimo y la paz interior. ¿Cómo alcanzar el respeto hacia los demás? Sólo por medio de la humildad, el olvido de sí mismo, ésa es la raíz de la sabiduría. Todas las cosas del mundo son una combinación de causa y efecto. No existe un solo ser por encima de esta cadena causal.
Desde la perspetiva de cada quien, el yo es el horizonte desde el que se contempla todo lo demás. No hay que olvidar, sin embargo, que ese yo está inserto en la causalidad. Para alcanzar el estado de la luz es necesario llegar antes al estado del no ser. Sólo a través del respeto y la compasión es posible. Respeto por la vida, los bienes ajenos, la familia de otros, no murmurar tampoco ni ingerir sustancias enajenantes. Estos cinco preceptos son fundamentales para desarrollar el respeto y la comprensión. Samadi es la concentración al meditar que abre la visión del zen. Hay múltiples caminos para meditar, aunque dos son fundamentales en la tradición budista: la contención de todos los factores externos que distraen el pensamiento, y el análisis de la mente y el mundo físico. Meditando se llega a la convicción de que el odio y la envidia sólo engendran el desequilibrio. El espíritu nunca muere. La muerte no es el fin sino una transición hacia otra forma de vida.
Detalles

Tao Shih nació en el año 1948 en Birmania, durante la guerra, en el seno de una familia sumamente pobre. Su doctrina es el budismo, el cual pretende alcanzar el nirvana, o estado de perfecta felicidad.

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