Análisis a Fondo

FRANCISCO GOMEZ MAZA

La expectativa: graves problemas económicos y de gobernabilidad
En 15 años, las remesas de dólares que envían a México los mexicanos que trabajan en Estados Unidos caerán por debajo del 50 por ciento de su nivel actual, como lo advirtió el viernes pasado Rodolfo García Zamora, profesor de la Universidad Autónoma de Zacatecas.
Y esto es cierto. Si no se fortalece el mercado interno. Si no ocurre esto, afrontaremos gravísimos problemas económicos como sociedad y una enorme complejidad para la gobernabilidad de la vida política y social.
Si el grupo gobernante no reorienta el modelo económico actual, en la medida en que las remesas vayan perdiendo dinamismo y dejen de ser un elemento de estabilidad macroeconómica y de efectos multiplicadores regionales en las zonas tradicionales, enfrentarán crecientes problemas sociales, económicos y de desempleo.
El desempleo puede incrementarse en Estados Unidos si se profundiza la recesión económica y se intensifican las medidas persecutorias contra los migrantes mexicanos.
Por ello es necesaria una conducción menos neoliberal, por decir algo, del proceso económico y colocar en el centro el tema del desarrollo económico, con un papel más importante del Estado como promotor del gasto público, sin incurrir en los excesos de los años setenta con López Portillo.
Con todo, una reorientación macroeconómica y del gasto público no significará que las remesas de los mexicanos en el exterior vayan a volver a subir, a pesar de que el 66 por ciento de los municipios pertenecientes a los diez estados del centro-occidente de México, prácticamente han exportado su fábrica de emigrantes y se encuentran despoblados.
Y hay que tener en cuenta, finalmente, que los conductores de la economía no se han dado cuenta de la gravedad de este proceso. Parece que se quedaron un tanto obnubilados con el efecto estabilizador de las remesas, pero se les olvidó que esto era temporal.
No se vislumbran los escenarios, a 15 o 20 años, de un México con pocas divisas del petróleo, remesas caídas en 50 por ciento y un mercado interno que ha sido desmantelado. Es enorme la vulnerabilidad macroeconómica de nuestro país,