lunes, 29 de octubre de 2007

Tómelo en cuenta

El hallazgo de nuevos mecanismos de actuación del picante contra la grasa lo podría convertir en una ayuda contra la obesidad, además de ser beneficioso para la salud en otros aspectos.
Ya se sabía que el picante puede tener un ligero efecto contra el sobrepeso al elevar el calor corporal, obteniendo de las grasas del organismo la energía necesaria para hacerlo (ver ...). Pero ahora se ha descubierto que el mecanismo de actuación contra la grasa es más complejo, y también más eficaz.
Un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad Nacional Chung Hsing, de Taiwán, y publicado en "Journal of Agricultural and Food Chemistry", afirma que la capsaicina (sustancia contenida en los pimientos picantes, y responsable de que lo sean) disminuye los lípidos corporales mediante un mecanismo adicional y diferente al comentado unas líneas más arriba.
Esta sustancia, según los investigadores, además de inhibir la proliferación de células grasas inmaduras, o preadipocitos, estimula su muerte celular programada (apoptosis). El hallazgo puede ser importante, porque impedir que los preadipocitos se desarrollen hasta células grasas adultas puede ser una de las vías más eficaces para prevenir la obesidad.
Con independencia de lo anterior, algunos estudios indican que la capsaicina podría tener otros efectos positivos sobre la salud, al aliviar ciertas enfermedades autoinmunes: artritis, psoriasis y enfermedad intestinal inflamatoria, entre otras. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas. No obstante, debe consumirse con prudencia, pues estimula las secreciones gástricas, y un exceso puede producir úlceras y otros problemas derivados.
Por todo lo anterior, las ventas de estos artículos en tiendas de productos dietéticos se han disparado en Europa y Estados Unidos: en torno a 900 millones de euros anuales en el viejo continente, y el triple en el país americano.
Todas las variedades del pimiento picante, en sus diversas denominaciones (guindilla, ajís, chile, paprica, pimentón, pimienta, cayena, tabasco...) derivan del pimiento silvestre originario de Colombia. Por tanto, son semejantes, aunque pueden diferir notablemente en su concentración de capsaicina.

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