martes, 14 de julio de 2009

No se la mentaron y ganó el Lacandón

ENLACE3S 90

No se la mentaron y ganó el Lacandón

Daniel Flores Meneses
danfm@hotmail.com

El “lacandón” Cruz retuvo su campeonato mundial en una pelea dramática y según los que saben de boxeo fue muy atolondrada, pero emocionante. Lo cierto es que también fue una prueba para el Gobernador Sabines.
Le explico por qué, porque son muchos los políticos que han llegado a una función de box y son recibidos con mentadas y rechiflas pero al tuxtleco ni lo atacaron, al contrario fue una verdadera ovación la que lo recibió cuando llegó acompañado de sus funcionarios de su staff encabezado por Mauricio Perkins.
Una de estas anécdotas aquí en Chiapas sucedió con el que fuera Gobernador el Doctor Samuel León Brindis, gran aficionado al boxeo y gran jugador de dominó. Pues se le ocurrió ir a ver la pelea del famoso en ese entonces boxeador “El Yeyo”. Cuando llegó le comenzaron a gritar a chiflar y se la mentaron y el que se la mentó fue Manuel Camacho que era hermano de Don Noé Camacho.
El guarura del gobernador le dijo al gobernador que si quería ponía en su lugar al mentador a lo que el Doctor León Brindis respondió que no, porque el que no quiera que le mienten la madre que no vaya al box. Esto está documentado por Don Artemio Gallegos en su libro de anecdotarios del poder.
Desde las seis de la tarde, uno por uno, de dos en dos, o por familia fueron llegando al palenque. Todo para ver una pelea de campeonato mundial no era para menos. El Lacandón Cruz defendía su corona mundial. Ya entrado en round, o como diría el clásico, round por round, golpe por golpe, nadie quería estar afuera.
Los comentaristas deportivos de Chiapas, Joel Verdugo, Guillermo Trejo Penagos, Carlos César Núñez, Víctor Reyna de San Cristóbal, Enrique Ríos, José Luis Saldaña y Rigoberto León Zerpa el matador, con micrófono al ristre llevaron los incidentes de la pelea a todo el estado, por radio y televisión
No siempre tenemos un campeón mundial para verlo, porque solo recordamos los chiapanecos otros dos de hace ya algunos años, el primero que fue el mítico Romeo el Lacandón Anaya y Víctor Manuel Rabanales…Y cada uno brilló con luz propia. El lacandón Anaya dueño de una pegada descomunal, quizá tan sólo superado por "El Barretero" de Chalchihuites, Zacatecas, Ricardo el Pajarito Moreno. Víctor Manuel Rabanales peleó aquí en Chiapas contra el argentino Luís Ocampo.
Esta caravana internacional de boxeo comenzó desde las siete de la noche con peleas de todos los pesos, mientras que el Palenque convertido en una Arena de boxeo se iba llenando poco apoco hasta alcanzar su máximo a las diez de la noche.
Fue precisamente a esas horas cuando estaba a punto de subir al ring el Lacandón Cruz y “el Coloradito” Solís, llegó el Gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, acompañado por Jaime Sabines, su hijo más pequeño y acompañado por sus colaboradores más cercanos.
Se echó al hombro una camiseta del lacandón Cruz, se sentó en su lugar apartado flanqueado por Jaime Valls Presidente de Tuxtla y Mauricio Perkins secretario privado.
Fue el Gobernador confiado de lo que ha hecho y por lo tanto no le temía al respetable y ¿sabe qué? fue recibido con una ovación que solo se le puede comparar a la que le dieron el lacandón Cruz en su victoria.. ¿Por qué le digo esto?, porque normalmente los políticos que van a una pelea de box no son bien recibidos.
Pues Juan Sabines es un gobernador que fue recibido con todos los honores del respetable que llenó el palenque. En verdad que uno se sorprende como alguien puede caminar caminos que otros no han podido. Nadie, en verdad soltó por ahí algo, nada, hubo respeto, pero como decía mi compadre que me acompañaba en esta crónica, todo lo ha hecho bien. Sabines recibía saludos, como siempre hasta un par de guantes de una de las boxeadoras más emblemáticas de Chiapas, Analí “Zentella”, que acaba de vencer a su contrincante que no le duró ni un round. Peleadora y campeona con orgullo, le entregó a Sabines sus guantes con los que despacho en un santiamén a su contrincante.
Otros más le entregaban sus proyectos. Otros más con los vendajes en los nudillos, mientras, el lacandón Cruz aparecía ya en las pantallas, con sus clásicos movimientos de calentamiento. Ya con sus guantes puestos.
Un caracol sonó y un artista vestido de Jaguar atravesó el escenario, era la puesta de una representación maya, la gran cultura que floreció en Chiapas, un joven guerrero, hizo sonar su caracol. Eran momentos emotivos.
Atrás del Gobernador Sabines Chachita Pariente la Secretaría de Economía no dejaba de aplaudir.
Apareció el lacandón y todo fue una locura era el preámbulo de la pelea. Fuegos artificiales llenaron el ambiente. Era una locura. Sabines Perkins y Chachita, todos, gritaban con aplausos lacandón, lacandón lacandón.
Comenzó la ceremonia y el gobernador también cantó o como dicen entonó el himno nacional con todas las gargantas del palenque. Aunque normalmente uno canta pero eso de entonar, como decía el gran Cantinflas, normalmente uno desentona el himno.
Luego el anuncio del presentador un gringuito champurradamente decía los nombres de ambos peleadores del Laqcandón y del Colorrradito.
Una encarnizada pero también accidentada batalla fue la que protagonizaron Cristóbal "Lacandón" Cruz y Jorge "Colorado" Solís, en la función llamada "La Revancha", donde Cruz retuvo su título como campeón mundial peso pluma de la FIB.
Luego vinieron los minutos de la pelea y la adrenalina comenzó a recorrer el palenque. Perkins que a su lado tenía a Cuesy, gritaba se inconformaba, con acciones. En verdad que era un manicomio el ambiente, el referí un hombre de color, un negrito le costó trabajo llevar la pelea, no era para menos.
Hasta Marianito le daba lecciones de boxeo a Perkins..
Los paisanos jiquipiltecos del lacandón lo apoyaban guapas y feos también. Y los manager de las butacas también le decía como y en donde debía de pegarle al coloradito Solís.
Cuando al lacandón le descontaron un punto por un cabezazo, todos reaccionaron. Salieron las mentadas por todos lados, en todos los asientos casi, porque no hay que olvidar que el coloradito tenía sus seguidores llegados de Guadalajara.
Al lacandón le dieron varias veces en las partes nobles y la pelea se paraba y el Coloradito Solís también hacía lo mismo.
Era el espectáculo. El gobernador lo seguía con nervios si quiere, y se daba el lujo de posar para las fotos del recuerdo, a pesar de lo que sucedía en el encordado. Muchos aficionados llegan con el para tomarse la foto.
Los jueces y los cronistas del box no perdían de vista a los peleadores. Los nervios de las bellas también se recrudecían mientras la pelea avanzaba.
Terminó el combate y comenzaron los nervios a especular, nadie sabía cómo los jueces habían anotado los puntos round por round. Ambos el coloradito y el lacandón alzaban los brazos en señal de victoria. Ambos fueron levantados en hombros por sus equipos en señal de victoria.
Los staff de ambos se agolpaban en el cuadrilátero. Esperando que el gringuito anunciador con su español champurrado diera el veredicto. Eran minutos larguísimos, eran un martirio, porque la verdad sea dicha las cosas estaban muy parejas.
El referí sostenía a los dos peleadores, como para que no se les fueran a ir, esperando a quien levantarle el brazo como triunfador.
Y vino lo bueno. El lacandón era el ganador y retenía su título. Levantaba las manos, y el gobernador Sabines, quien le había apostado todo al hombre de Jiquipilas también alzaba las manos, celebraba con miles de chiapanecos el triunfo.
Y Chachita Atrás con las manos igual, Sabines apretaba el puño y luego a recibir abrazos de todos.. Se hizo camino entre todos, para llegar al ring, entre los feos y entre las bellas.
Y luego un abrazo entre el Gobernador Sabines y el Lacandón, dos amigos en esos momentos unidos por la emoción.
Sin duda Dos amigos dos ganadores. Uno en el deporte el otro el Gobernador en la vida pública de su estado en donde demostró que va por el camino correcto. Que a él no se la mentaron porque sabe como caminar entre los chiapanecos.
Fue una noche redonda.
Sabines salió con el apoyo de los chiapanecos y el lacandón con su corona de campeón mundial.

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